Uso del teléfono móvil
Llega cierta edad en la que el niño comienza a crecer muy rápidamente. En efecto, comienza a ir sólo al colegio, a coger el autobús, va sólo a la piscina, al tenis,... y la frase "con un portátil podrás tenerme siempre localizado" se convierte en un argumento de peso que los niños no dudan en recordar a sus padres.
El móvil es un pequeño aparato que para los más jóvenes significa mucho más de lo que los adultos podemos imaginar. Para los adolescentes, el móvil es un sÃmbolo del estatus que ellos ocupan. Una manera de probarles a los demás y probarse a ellos mismos que ya no son niños. Es también un nuevo medio de comunicación, que les permite intensificar las relaciones con sus amigos. El teléfono móvil ofrece además la posibilidad para los padres de poder localizar a sus hijos. En este sentido, es una herramienta tranquilizadora.
Los riesgos del teléfono móvil
Los riesgos ligados a un uso desenfrenado del móvil están ligados indiscutiblemente a un aislamiento del niño que, encerrado en los mensajes de texto y otras opciones, puede limitarse a esas funciones y olvidar a los amigos que se encuentran enfrente de él, enfocado cómo está en su juguete portátil.
La soledad de nuestros hijos es un problema real en este mundo donde abundan los videojuegos, los mp3, los teléfonos móviles y otras evoluciones tecnológicas. Los niños pueden caer en una proyección hacia ese mundo irreal que les sirve de refugio. Conviene entonces hacerles ver a los niños la dimensión de una presencia fÃsica de los padres, hermanos y amigos que tiene en su entorno.
Pero no decimos que se los móviles deben prohibÃrseles. Las nuevas tecnologÃas son fundamentales y no deben ser apartadas de los niños. Lo único es que debe primar en ellos el mundo real: las relaciones sociales, el diálogo cara a cara,... la comunicación con otros niños o amigos no debe limitarse a conversaciones telefónicas o mensajes de texto.
El control del presupuesto
La educación del adolescente frente a la buena utilización del móvil es importantÃsima. El factor económico debe ser tenido muy en cuenta. Saber administrar su tarifa y, por tanto, el dinero de su contrato telefónico es imperativo para el niño. Lo mejor es convenir con el niño una cantidad, pasada la cual el teléfono se bloqueará y, en ese momento, las comunicaciones serán imposibles hasta su renovación. El niño aprenderá asà a administrar sus minutos de comunicación y a ahorrarlos.
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