Consejos para padres
Habla con tu hijo
Es extremadamente importante hablar con el niño y animarlo a hablar. La comunicación oral constituye la base del aprendizaje. El niño se inicia en la lengua a través de la escucha y de la palabra. El hecho de hablarle y cantarle al niño desde su más tierna infancia, lo despierta a los sonidos de la lengua y a las estructuras lingüísticas, lo que facilitará su aprendizaje de la lectura y de la escritura.
Para ello puedes hacer diferentes cosas. Por ejemplo, puedes pedirle que te cuente lo que ha hecho durante el día: en el cole, en el parque, en casa, las actividades o juegos en los que ha participado,... Ponle preguntas sobre lo que cuenta, para que vea que realmente te interesas por lo piensa. Háblale también de lo que haces tú también y haz que forme parte de tus pensamientos.
Anima al niño a hablar de lo que piensa o siente, pero ¡sé paciente! Déjale tiempo para encontrar sus propias palabras. Canta canciones o recita poemas infantiles, animándolo a cantar o a recitar junto a ti. O juega con él a decir rimas, trabalenguas o adivinanzas.
Haz de la lectura y de la escritura actividades divertidas
Leer historias en voz alta es el mejor modo de interesar a un niño a la lectura. Además de ser divertida para toda la familia, esta actividad ayudará al niño a comprender lo que es la lectura. Anímalo también a escribir. Para ello puedes hacer diferentes cosas.
Lee toda clase de textos: historias, poemas, revistas, periódicos, comics,... Además, ¡leerlos con expresión! Cambia la voz para distinguir a los diferentes personajes de la historia. Reemplaza también el nombre de un personaje por el de tu hijo. Eso le hará sentirse partícipe. Mediante manualidades hacer títeres y contad historia con ellos. Estas historias pueden ser inventadas por el niño. Incluso puede animarse a escribirlas.
Leed historias que contengan repeticiones e invita al niño a recitarlas contigo. Desliza tu dedo bajo las palabras mientras lees. Esto ayudará al niño a relacionar la palabra escuchada con la palabra escrita. Comenta la historia con tu hijo y ponle preguntas sobre los personajes. Hazle reflexionar también sobre otros aspectos de la historia. También puedes pedirle que adivine la continuación de la historia decirle cual sería su reacción si él se encontrara en la misma situación.
Escríbele pequeños mensajes a tu hijo o envíale correos. Anima también al niño a escribir, tanto listas, como cartas de deseos e incítale a que se comunique con sus amigos o cu familia por correo. Podéis tener un diario conjunto para compartir sorpresas, dibujos, frases simpáticas, sentimientos, vuestros días,...
Leed todos los días
Los niños aprecian la rutina. La lectura puede ser un placer que el niño y el padre esperen con alegría cada día. Para ello, reserva tiempo para leer con tu niño. Muéstrale que la lectura es una actividad importante y divertida. Trata de leer con tu hijo tan a menudo como sea posible: es la mejor medida para ayudarle a tener éxito en la escuela. Además, leer con él te dará la ocasión de pasar momentos agradables con tu niño y reforzar vuestra relación.
Comienza a leerle al niño desde muy pequeñito. Como ya hemos dicho, guarda un momento del día para la lectura con tu hijo. Escoge un pequeño rincón de lectura confortable para estar más cerca de él. Fabrica vuestro propio rincón de lectura. Varía la duración de lectura según la edad, los intereses del niño y el curso escolar. Lee lentamente para que el niño tenga suficiente tiempo de representar mentalmente lo que pasa en la historia. Felicita al niño si expresa sus ideas y plantea sus preguntas.
Escucha a tu hijo leer
Durante el período en que el niño aprende a leer, es muy importante para él que lo escuches leer en voz alta. Leer en voz alta le permite ejercitarse, mejorar y adquirir mayor seguridad. Cuando lo escuchas leer, no olvides que tus reacciones son de una vital importancia. Sobre todo, escúchalo sin interrumpir, sé entusiasta y felicítalo tanto como sea posible. Trata de ser específico de modo que el niño sepa lo que hace bien o mal. Debe leer contigo, pero también debes animarle a que lea sólo.
Sé paciente con él. Déjale tiempo para descifrar las palabras difíciles y muéstrale cómo puede aprender de sus errores. Procura que el niño no escoja libros demasiado difíciles para él. Pero si el libro es de un nivel algo superior al suyo, felicítalo por haberlo escogido y estate dispuesto a ayudarlo tanto como sea necesario para que lo consiga. Tu hijo comprenderá que querer aceptar un desafío es una cosa positiva.
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