Consejos de alimentación

Comer de todo es comer diariamente las verduras y frutas necesarias para el aporte correcto de vitaminas y fibras, productos lácteos para el calcio, alimentos feculentos para la energía,... pero también es limitar el consumo de productos azucarados y grasos. Además de comer diariamente, según el apetito, también debemos hacerlo de una manera regular, para que el cuerpo tenga sus referencias. Para comer bien y adoptar una alimentación favorable para la salud, es recomendable favorecer la variedad: ciertos alimentos deben ser privilegiados mientras otros deben ser "limitados". Con ciertas referencias, todo es más fácil.

Frutas y verduras: al menos 5 al día. Las vitaminas, minerales y fibras son indispensables y protegen la salud. Además, las frutas y las verduras son poco calóricas, por lo que son alimentos excelentes para prevenir la obesidad o la diabetes. Pueden ser consumidos en cada comida e incluso entre horas.

Alimentos feculentos: en cada comida y según el apetito. Pan, cereales, patatas, pasta, legumbres,... Este tipo de alimentos proporcionan progresivamente la energía necesaria para hacer funcionar los músculos y el cerebro. Además, también calman la sensación de hambre y permiten esperar tranquilamente a la comida siguiente. Pero más vale evitar rebozarlos en mantequilla, nata, salsas,... Piensa en acompañar tus pastas con pequeñas verduras o una buena salsa de tomate, espolvorea en las pastas o el arroz, especias que perfumarán delicadamente tu plato,... No descuides el pan y los cereales en el desayuno, evitando aquellos más grasos y azucarados.

Leche y productos lácteos: 3 o 4 veces al día dependiendo del tamaño de la porción y de su riqueza de calcio. El calcio es indispensable para aumentar y mantener unos huesos sólidos. Un yogur, un vaso de leche, 20 gramos de queso,... ¡podemos variar los placeres a lo largo del día! ¿Has pensado en batir un yogur con frutos frescos? ¿O en mezclar un queso fresco con una pequeña cucharada de miel o mermelada? Y ves que es fácil comer bien para crecer bien.

Carne, pescado y huevos: 1 o 2 veces al día. No es necesario comer carne, huevos o pescado en la comida y en la cena, pero si te gusta... no lo dudes. Para hacerlo, toma porciones más pequeñas que si lo comieras sólo una vez al día. La carne, el pescado y los huevos aportan proteínas, las sustancias indispensables para cuidar la piel, los músculos, el corazón y el cerebro. Y también hay hierro en la carne y el pez que evitará la fatiga.

Limitar el consumo de grasas añadidas. Si las grasas permiten producir la envoltura de las celdas indispensables para el funcionamiento del cuerpo, son también muy calóricas y deben ser consumidas en pequeñas cantidades para evitar malas sorpresas en la balanza. No te olvides de variar los aceites para sacar provecho de sus diferentes virtudes y variar los gustos.

Limitar el consumo de productos azucarados. Son buenos y te gustan. Es normal. Pero no hay que abusar. Los productos azucarados son muy calóricos y pueden provocar caries. Puedes darte un capricho de vez en cuando, claro, pero trata de no hacerlo diariamente.

Bebida: agua a voluntad. Cuidado con las bebidas azucaradas. El cuerpo no sabe almacenar el agua y perdemos mucha cada día. Esta es muy necesaria para hidratar las celdas y asegurar la circulación de la sangre. Debes rehidratar bebiendo mucha agua diariamente, ya que es la bebida preferida de tu cuerpo. En cambio, trata de limitar las bebidas azucaradas. Consúmelas de de vez en cuando y prefiere las bebidas light o sin azúcar añadido.