La negociación

El arte de la negociación es un talento particularmente útil cuando hay que tratar con adolescentes. Negociar se convierte en esencial para resolver problemas o conflictos, y establecer reglas o límites. La negociación:

• Exige concesiones mutuas: ambas partes deben escuchar, respetarse, hablar y estar dispuestas a aceptar compromisos.
  
• Exige que todo el mundo comprenda claramente lo que no es negociable (por ejemplo: nunca nada de alcohol al volante).
  
• Ayuda al adolescente a aprender y a practicar esta aptitud esencial en todas las relaciones humanas.
  
• Es un talento que la mayoría de los padres y adolescentes deberían mejorar y poner en práctica continuamente.

Cuando nos negamos a negociar, el resultado es un crecimiento de la frecuencia y la intensidad de los conflictos, una mayor posibilidad de un desenlace extremo: "todo o nada"(por ejemplo: fugas, violencia física, independización precoz,...) y una disminución para los jóvenes de sus posibilidades de adquirir y utilizar este aprendizaje esencial para la vida diaria.

Lo primero que debes hacer es determinar cuáles son las reglas que consideras "obligaciones absolutas" y cuáles son los puntos negociables. Prepare una lista escrita y procura que todo el mundo esté al tanto de esta y que la acepta. Para hacer que el adolescente coopere, los padres deben dar pruebas de respeto, definiendo bien las "obligaciones absolutas", pero deben ser capaces de negociar otras restricciones, escoger límites apropiados para cada adolescente y tener menos reglas que cuando era más joven.

Etapas de una negociación padre – adolescente

1. El padre o el adolescente declara lo que desea.
   
2. La otra persona le comunica su reacción sin aceptar ni negar la petición o sugerencia.
   
3. Luego, cada una de las partes menciona los problemas que la sugerencia del otro podría provocar.
   
4. Ambos intenta encontrar soluciones a los problemas que hayan surgido.
   
5. Si hay un acuerdo, la negociación se acaba. Si no, se trata de encontrar un compromiso.
   
6. Si no se alcanza ningún compromiso, comunicad vuestras respectivas posiciones lo más objetivamente y educadamente posible.
   
7. Decidir daros un tiempo para intentar otra vez llegar a una solución negociada.

Si el adolescente infringe una regla o comete un error

• No levantes la voz y domina tus emociones porque, si gritas, mandas o amenazas, es ese comportamiento y no la mala conducta del adolescente la que retiene la atención.
  
• Trata de comprender lo que ha pasado y aquello en lo que tu hijo ha podido pensar en ese momento.
  
• Si estás enfadado o alterado, retén las emociones y estipula otro momento para hablar de las consecuencias de la falta a las reglas.
  
• Da muestra de respeto, razón y flexibilidad