Adolescentes y alcohol
Fines de semana… fiestas con los amigos… botellón… Los adolescentes quieren divertirse, pero no siempre lo hacen con moderación. ¿Cómo establecer unos lÃmites? ¿Cómo hablar de ellos con él? ¿Cómo tratar el tema? En el siguiente artÃculo intentamos ponerte las cosas más sencillas.
Establecer lÃmites precisos es un excelente punto de referencia para nuestro hijo adolescente y le ayudarán a distinguir lo que le está permitido y lo que no. Esto implica definir explÃcitamente los comportamientos que son deseables, los que son tolerados y los que son inadmisibles, sin importar las circunstancias. La edad, el grupo de amigos y la personalidad del joven son, evidentemente, aspectos a tomar en cuenta. Establecer lÃmites concretos nos ofrece también la ocasión de anticiparnos a ciertas situaciones.
Según la opinión de expertos, una demasiada gran permisividad al igual que una rigidez demasiado grande dan generalmente malos resultados. Y es que hay que ser realista: un porcentaje elevadÃsimo de los adolescentes de 17 años consumen alcohol, en diferentes grados, por supuesto. Creer que no beberán nunca es utópico. Por ello, lo que tenemos que intentar es hallar una vÃa de entendimiento y comunicación con nuestro hijo.
Un truco para que ambas partes, padres e hijos, estén de acuerdo es el siguiente: el consejo de familia. La ventaja es que con unas normas establecidas por ambas partes, el adolescente siente que tiene "voz" y esto le ayuda a estar más conforme con ellas. "¿Beber en las fiestas? Vale, , pero no lo hagas sin control, no conduzcas y puedes llamarme a cualquier hora en caso de necesidad." Una vez establecidas las normas, deben establecerse las consecuencias en caso de no ser respetadas.
Las mejores conversaciones son en las se charla con nuestro hijo. Una pelÃcula, una noticia en la tele que nos llama la atención, un momento juntos, una actividad,... se trata de encontrar ocasiones para intercambiar opiniones de modo espontáneo, mostrando la apertura de ideas. También es una buena idea tener conversaciones con él en las que se le ayuda a administrar mejor los riesgos. Por ejemplo, prever antes de la fiesta quien será el chófer designado, encontrar trucos para beber más lentamente, evitar ceder a la presión de participar en un concurso de "quien bebe más". El mensaje entrará mejor porque no se está moralizando.
Este tipo de conversaciones te permitirán escuchar lo que tu adolescente piensa sobre el tema y conocer su punto de vista. Esto te evitará muchas preocupaciones futuras. Además, con ellas podrás ayudar a tu hijo a atravesar su perÃodo de experimentación.
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