Alimentos a evitar
Como dijimos anteriormente, durante el embarazo la alimentación debe ser vigilada. Antes hablábamos de sobrepeso, pero ahora hablaremos de infecciones y de consecuencias directas en el feto. Y es que algunas infecciones pueden tener consecuencias graves y ciertos alimentos son totalmente desaconsejados. A continuación vamos a mostrarte los alimentos que debes evitar y a mostrarte las situaciones de riesgo a las que te enfrentas.
Cuidado con las infecciones alimenticias
Ciertas infecciones alimenticias pueden tener consecuencias graves en una mujer embarazada. Entre las enfermedades transmitidas a través de los alimentos, la toxoplasmosis y la listeriosis son las más graves. Para evitar estas enfermedades es necesario:
- Comer carne muy hecha.
- Evitar consumir ciertos alimentos crudos como pescados ahumados, leche no pasteurizada, huevos crudos o frutas y vegetales sin lavar.
- En caso de tener gato, no permitirle salir fuera de casa, a lugares donde pueda entrar en contacto con la toxoplasma. De hecho, lo más recomendable es que otra persona se ocupe de él durante el embarazo. Limpiar bien la caja de arena del gato y desinfectarla completamente. Aunque esta limpieza nunca debe hacerla la persona embarazada.
- Lavarse concienzudamente las manos antes de comer.
- Mantener una higiene global adecuada.
Si mamá bebe, el bebé también lo hace
El alcohol está completamente desaconsejado durante el embarazo. Lo mejor es suprimirlo completamente de nuestra vida. Aparte del gravÃsimo sÃndrome de alcoholismo fetal que padecen los niños de mujeres alcohólicas, el consumo de alcohol favorece el parto prematuro y dificulta el que el feto aumente de peso.
Cuidado con el café
Lo mejor es no abusar del café durante el embarazo. Un consumo excesivo de caféina puede acarrear riesgo de aborto natural o poco peso en el bebé. Aunque no hay estudios que la hayan demostrado totalmente, es aconsejable moderar el consumo de café. Mejor prevenir que curar, ¿verdad?
Cuidado con las grasas
Durante el embarazo, hay que evitar un exceso de alimentos demasiado calóricos. Y es que la obesidad maternal multiplica los riesgos para la madre y para el niño: hipertensión arterial, diabetes, infecciones urinarias,... Los riesgos en el parto también aumentan, con un porcentaje elevado de cesáreas. El aumento de peso durante el embarazo y los alimentos que consumimos deben estar controlados y justificados medicamente.
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