Noveno mes del bebé
Un mes de placer pleno. Los dientes siguen apareciendo, pero mamá y papá ahora han aprendido a anticiparse. El pequeño sufre con su salida, pero también ha aprendido a advertir cuando el dolor llega. Respecto a los juegos, el bebé adora jugar al escondite y le encanta esconderse detrás de cualquier cosa.
A esta edad ya se han acabado las revisiones mensuales y sólo acudiremos al pediatra en caso de urgencia y en el momento de las futuras revisiones. Aún así, si te surge alguna duda sobre la salud del bebé, aunque no la consideres grave, no dudes en consultarla. Respecto al sueño, el pequeño dormirá ya muy bien. Cada vez se cansa más en su día a día, por lo que tiene que recuperar fuerzas durmiendo. Puede que haya días que duerma más de lo normal. No te preocupes. Estará más cansado de lo habitual. Sólo debes observar si al despertar todo en él está normal. Aprovecha esos momentos de tranquilidad.
En posición acostado hacia abajo, el bebé logra moverse utilizando sus antebrazos. No se mueve demasiado, ya que no empuja con sus piernas, pero ya comienza a arrastrase. Ciertos bebés no hacen esto a esta etapa y se demoran uno o dos meses más. Si esto pasa, no te preocupes por ello. Sentado ya es capaz de mantenerse por sí sólo. Aún no tiene total confianza y está inclinado hacia adelante, pero ya va haciendo progresos.
Suele llegar en esta época que el pequeño encuentra una manera de divertirse "enfadando" a mamá y a papá. Para ello deja caer los juguetes conscientemente, para que sus papás lo recojan. A ellos les produce placer ver a papá y mamá inclinarse para recoger el mismo objeto diez veces. No te preocupes y ten paciencia. Esta costumbre pasará pronto. Juega con él a romper papeles y enséñale a que te de los trozos más pequeños, para hacer que no se acostumbre a metérselos sistemáticamente en la boca. Aún así, debes seguir muy vigilante con su manía de "todo a la boca".
El sonido del teléfono, del reloj, del timbre,... ¡¡ningún ruido se le escapa al pequeño!! Sus oídos están sensibles y detectan todos los ruidos de la casa, lo que le hará reaccionar con sonidos permanentes. Por otra parte estos sonidos suyos ya van sonando a pequeñas palabras. Algunos padres tendrán la suerte de oír "papá". Aunque desgraciadamente, el niño sigue sin comprender el significado de las palabras y las pronuncia como un sonido más.
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